miércoles, 27 de abril de 2022

Melissa, la niñera complaciente

 Una noche de agosto de cuyo año no me acuerdo, pero fue reciente, toco mi fiesta de graduación de la universidad, como es obvio, no podía llevar al niño a la fiesta de graduación a la que acudiríamos mi esposa y yo, por lo cual, tuve que pedirle de favor a una amiga mía de muchísima confianza que me cuidara al retoño, ya que yo iba a acudir al evento con mi esposa.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Sofía, la muchacha del aseo del trabajo

 Les contaré lo que me pasó hace algunos días en el trabajo. Trabajo de Godín en una oficina y van a hacer el aseo, antes iba una señora, pero como que rotan al personal, así que esta vez le tocó a Sofía.


Sofía era una chica petit, no medía más de 1.50 mt, y tenía 26 años, no era muy delgada, pero tenía unas excelentes curvas, pelo largo negro, tez blanca y una risa coqueta, ojos cafe oscuros y unas excelentes piernas que se le notaban aun con el uniforme. En la oficina en su mayoría son hombres, así que con una mujer así, todos estaban como perros afuera de carnicería.

viernes, 1 de noviembre de 2019

Laura una inquilina linda y agradable



Esto que les escribo me pasó hace algún tiempo, tenía una casa desocupada y decidí ponerla en renta, rápidamente tuve muchas llamadas preguntando por la casa, y me di tiempo de recibir a todos para mostrarselas, entre esos candidatos había una chica que quería rentar, quería vivir sola, porque a lo que me comentó, ya no se sentía a gusto vivir con sus padres, era una niña hija de padres acomodados, acababa de terminar la carrera de fotografía (si, las nuevas carreras millenials, antes eso era hobbie) y le iba bastante bien. Además de lo hermosa que estaba, creí que, pese al riego alto de que no me pagara la renta algún mes, merecía una oportunidad. Me pidió permiso para llevar a su mascota, y no tuve yo inconveniente, a lo que ella estuvo muy contenta, porque generalmente en las casas en renta no admiten animales. Pues bien, decidí rentarle la casa a esta muchacha Laura.


Laura era una muchacha de 26 años, pelo rizado, tez blanca, pelo castaño, pero se lo pintaba rubio, una cara muy bonita y una cintura marcada, los pechos se le notaban de tamaño regular, igual que las nalgas, no era nada espectacular.


El tiempo transcurrió sin mayor novedad, yo evitaba pasarme por la casa, para no molestar a Laura, a cambio, ella me depositaba puntualmente cada mes, así que no tenía yo ninguna queja. Hasta que de pronto, comencé a notar atrasos en la renta, por lo que me comuniqué con Laura para preguntarle qué sucedía. Ella muy apenada me comentó que había tenido diferencias con sus padres, y que ellos le ayudaban a menudo a pagar la renta, pero que a más tardar en 15 días se ponía al corriente y me pagaría también el mes siguiente, a lo que no le ví mayor problema y accedí.



Al pasar los 15 días pactados yo no tenía el depósito, por lo que me comunique nuevamente con Laura para estar al tanto de la situación. Me comentó que no había tenido oportunidad de ir al banco a depositar, pero que ya tenía el dinero, que podía ir a donde yo le dijera a dármelo o podía yo pasar por el. Me pareció buena oportunidad de ir a conocer el estado de la propiedad, así que decidí pasar yo mismo a la casa por el dinero. No me quería ver muy desesperado, así que le dije que pasaba por ahí el fin de semana, apenas era martes, así que decidí darle unos días más, total, nunca antes se había atrasado.



El fin de semana decidí darme una vuelta por la propiedad a lo que Laura me recibió muy amable, eran aproximadamente las 11 de la mañana, así que Laura me invitó a pasar y me ofreció un café, yo accedí y comenzó a contarme que se distanció de sus padres y que le había costado mucho trabajo conseguir el dinero para la renta, pero que ella siempre salía adelante. Me terminé el café y le pedí la paga, pues tenía otros compromisos. Me respondió que enseguida me lo traía y se metió a las recamaras. Salió como a los 5 minutos, en bata de baño.



-Laura, pero ¿que haces?

- Pagando la renta -me dijo-



Se acercó e intentó besarme, yo muy extrañado me quité, pero ella me tomo la cara con las manos y comenzó a besarme, yo devolví el beso, y por instinto mis manos fueron a sus nalgas y después desataron el nudo mal hecho de la bata de baño, al instante la bata cayó al piso y dejaron ver los hermosos pechos rosados, mi boca automáticamente fueron a sus pechos y con mi lengua comencé a rodearlos, los lamía, los besaba, los mordía, mientras ella daba gemidos de placer y comenzaba a desabrocharme el cinturón y desabotonarme la camisa, sin dejar de besarme me llevó al cuarto, y ahí la tumbé en la cama, ella de espaldas, yo sobre ella, ya solo tenía yo los boxers puestos, encima de ella mis manos apretaban sus pechos, mientras lamía su vientre y mi lengua subía y pasaba entre los pechos, ella apretaba las sabanas con las manos y su respiración comenzaba a agitarse, mi boca pasaba sus pechos a su cuello, exhalaba mi aliento en su cuello y notaba como su cuerpo reaccionaba, ella me volteó, ella encima de mí, me quitó los boxers y comenzó a darme una tremenda mamada, notaba mi pene dentro de su boca, alcanzaba a verse dentro del cachete, yo la tome de la cabeza, de sus lindos rizos rubios, y la ayudé a mamar, lo lamía por todos lados, me acariciaba los testículos y escupía mi miembro para volverlo a meter a su boquita, podía ver esa mirada aún conservando su inocencia y esos ojos color miel que de vez en vez volteaban a verme, yo estaba a punto de turrón, así que la puse espaldas planas otra vez, pero en esta ocasión comencé a penetrarla, el ritmo primero era lento y fue subiendo su intensidad y velocidad, comenzó a gritar, a arañarme la espalda, a besarme el cuello, comenzó a ponerse roja y a sudar, mis manos estabas apretando sus pechos y sus manos arañando mi espalda, estaba a punto de terminar, pero no estaba dispuesto a dejar que ese momento mágico terminara, así que salí de ella, y la puse a gatas en la cama, yo me puse detrás de ella y comencé a penetrarla de a perrito, le daba nalgadas, separaba sus nalgas con mis manos, comencé a acelerar el ritmo, me recargué en su espalda y le tome los pechos sin dejar de penetrarla, después la tome del cabello y comencé a penetrarla con mucha fuerza y velocidad, yo veía su cuerpo brilloso y sus gritos ya eran ensordecedores, por fin, terminé vaciando totalmente mi semen dentro de ella, hasta ese momento caí en la cuenta que no tenía condón, terminamos acostados abrazados y besándonos, pronto llego la hora de irme, nos dimos un baño mientras volvíamos a coger bajo la regadera y me fui, obviamente le perdone ese mes atrasado y el vigente, pero le dije que ojala el mes que entra tampoco tuviera efectivo para darme otra vuelta, me despidió con un beso tierno en la boca y me fui.



Ustedes que creen que es. ¿Fantasía o realidad?

sábado, 14 de septiembre de 2019

Mi madrastra Cap 1-9

Les traigo este increible manga, iré sacando algunos capítulos. Empezamos con esto. Espero den clic a alguno de los anuncios que aparecen en esta página.

Saludos


Pronto subiré capitulos nuevos, estos son del 1-9. Si quieren descargar este capitulo en PDF les dejo el link. Espero den clic en algun anuncio que les interese.

https://drive.google.com/file/d/1EIWdn6ySXSxzgTRqEvBXDEngq3Sj0YCt/view?usp=sharing 

sábado, 22 de junio de 2019

Lizete, la aventura con la chica del camión. Parte I

Esto me sucedió hace algunos meses, en la ciudad donde vivo, hubo un paro del transporte público, resulta que los patrones quieren aumento, después del pésimo servicio que dan, y se les ocurrió parar si el gobierno no accedía a sus demandas, fue un día de locos, y por supuesto, la tarifa del Uber estaba por los cielos, decidido a no pagar Uber, me fui caminando hasta la parada de una ruta que si estaba operando, lo malo es que dicha parada esta aproximadamente a 5 km de mi casa, pues bien, me arme de paciencia y a caminar, en el camino, vi a una chica morenita, bajita, le calculaba unos 19 años, pero tenía 18, unas bien formadas nalgas, una cintura bien formada, cara bonita, y pechos no tan grandes, pero acordes a su físico. Yo sabía que ella iba al mismo lugar que yo, porque la había visto en el camión en otras ocasiones, me le acerque y le dije

-Que horror con estos paros de camiones ¿verdad?
Ella traía puestos los audifonos, así que se los quitó y yo le volví a repetir
- Digo que que horror con estos paros de camiones.
- Ya se, ya le hable a mi jefa para decirle que voy a llegar tarde, ya que, a caminarle
- Si, yo también ya avisé en mi trabajo que llegaría tarde, trato de llegar al 25
- Si, yo también, dicen que ese si esta pasando
- Si, eso dicen, hay que averiguarlo
- Ya te había visto anteriormente en el camión, hasta se donde te bajas.
- Oh, ¿en serio?, yo nunca lo había visto
- No me hables de usted, hablame de tú. Soy Alejandro
- Hola, yo soy Lizete

Me di cuenta de un tatuaje que no tenía mucho tiempo de habérselo hecho, de una rosa, así que ahí intuí que era mayor de edad para mi fortuna, yo, un señor de 32 años, me metería en problemas si es que ella era menor de edad.

Estuvimos platicando cosas varias, hasta que por fin, llegamos a la parada del 25, y lo abordamos, nos sentamos juntos y le pregunté

-¿Que venias escuchando?
- K pop. O sea Pop Koreano
Evidentemente no me gusta el pop coreano, pero si algo he aprendido en la vida es que hay que saber de todo, pues todo lo que sepas, algún día lo ocuparás, ese día había llegado
- Oh, si se que es, lo conozco
- ¿En serio lo conoces?, casi nadie lo conoce y menos, pues, alguien como tu
- Oye, no estoy tan grande, y en esta vida hay que saber de todo
- ¿Y que grupos conoces?
- Pues en realidad de grupos no conozco, pero si se lo que es el k pop, porque lo he escuchado, aunque sin saber quien canta
- Ah mira, escucha esto - y me puso los audifinos -
- Ese grupo es... -en realidad ya no me acuerdo del nombre, pues no le puse atención, yo iba viendo sus piernas soñando con hacerla mía, imaginando sus piernas de aretes.
- Y ¿cuantos años tienes? -le pregunté un poco vacilante.
- Tengo 19 ¿y tu?
- Oh, si te ves chiquilla, yo casi te doblo la edad, tengo 32.
- No seas exagerado no me doblas la edad, eso sería 38.
- Pues casi Liz, ya casi.

Continuamos platicando de trivialidades que no recuerdo, lo que si recuerdo y bastante bien, eran sus suculentas piernas, que a pesar que tenían pantalón de mezclilla de le notaban bien marcadas. Se dedicaba a cuidar niños, era niñera, y era por eso por lo que tomaba ese camión todos los días. Al fin se llego la hora de bajarme, yo me bajaba primero y le pedí su WhatsApp.

- Bueno, en la siguiente parada me bajo Liz, ¿me pasas tu WhatsApp, para salir o simplemente platicar?
- Claro que si -y procedió a pasarmelo-

Le comencé a mandar mensajes casi en cuanto me bajé, ella contestó los mensajes y platicamos todo ese día, pero las cosas no pasaron como yo esperaba, ya en la tarde me dijo por mensaje

- Sabes que, la verdad es que ya no puedo hablar contigo, porque aquí esta mi novio, tengo novio y no quisiera tener problemas con él

Obviamente yo no le había preguntado si tenía novio, pues eso no me interesaba en lo absoluto, además si ella tenía 19, el niño tendría 20 o 21.

- Ah, no quiero molestarte, atiende a tu novio, y mañana o después hablamos

Esto la desconcertó, esas muchachitas estan acostumbradas a que les rueguen, pero yo actué al revés

- No creas, a veces me enfada porque es muy celoso, no me deja tener amigos.
- Pues claro que tiene que ser celoso, estar guapísima y cualquiera quisiera tenerte a su lado.
- No seas exagerado
- No es exageración, estas guapísima, además, dime ¿cuantos años tiene tu novio?
- tiene 21.
- Lo ves, esta muy niño, te apuesto a que aún prefiere jugar Play Station que salir contigo
- Así es, prefiere jugar que salir muchas veces
- Lo ves, lo que pasa es que las mujeres maduran primero que los hombres, por eso es que las muchachas deben andar con alguien mayor
- Si, ya sé, es muy infantil a veces y a veces quisiera algo con alguien mayor.
- No me lo tomes a mal, pero pues para eso estoy. En realidad me atreví a hablarte porque desde hace tiempo me gustas, te veo todos los día en el camión.
- De verdad nunca te había visto, pero pues, si, podemos ser amigos
- ¿Que vas a hacer el sábado?
- Pues mi novio quiere que veamos el partidos del América
- ¿Es en serio? ¿El América ?. ¿Que te parece si le inventas algo y yo te invito a salir?
- ¿Y a donde vamos a ir?
- No lo sé, ya veremos, pero te aseguro que sera mejor que ver el partido del América
- Bueno, pero eso no es difícil, casi cualquier cosa es mejor que ver futbol
- Pero créeme que te vas a divertir
- Bueno, esta bien, ese día salgo de trabajar a las 2, a ver que le invento y salgo contigo.
- Muy bien, entonces nos vemos el sábado.

Seguimos platicando el resto del día, y también el viernes, pues el día que pasó lo que les cuento era jueves. Ella trabajaba como niñera en una colonia de ricos, de cualquier manera, pasé por ella. Trabajaba en una casa muy bonita y grande, como les decía, era niñera en una colonia de ricos.

Cuando salió nos saludamos de beso en la mejilla y con un abrazo.

- ¿Como te fue? -le pregunté, aunque en realidad no me importaba mucho, lo que yo quería era morderle los labios
- Muy bien y ¿a ti?
- Pues, bien, hoy descanso, así que estuve relax.
- Que bueno, y ¿a donde vamos a ir?
- Pues primero vamos a comer, o ¿no tienes hambre?
- Si, ya me empieza a dar, vamos pues.

Nos fuimos en trasporte público a una plaza comercial, y buscamos la zona de comida, que generalmente está en el último piso. Pedimos de comer comida china, mientras hablábamos de cosas triviales.

- Y bien, ¿a dónde vamos a ir?, -me preguntó algo intrigada?
- Pues podemos ir al cine, pero no podríamos platicar, también pensé en ir por una nieve o por un café, pero es algo aburrido, ¿ir al parque?, no, eso esta muy relajado. y como eres una niña y yo, pues, me siento como niño andando contigo, te propongo algo: vamos a brincar en los brincolines, -hay varios negocios que rentan brincolines para todas las edades por hora.-¿Te gustan los brincolines?
- Pues hace mucho que no me subo a uno, jaja, pero si, claro que me gustan, y ¿donde hay?
- Aquí en esta plaza, por eso venimos aquí
- Nunca los había visto, bueno tampoco es que venga muy seguido aquí.
Ahhhh, pues ahorita los vas a conocer.

El negocio que les comento, que bueno, no era un negocio, eran como 7 juntos, pues tienen muchos brincolines, estaba en el primer piso, un poco escondido, ademas era un negocio nuevo, tendría aproximadamente 6 meses, el punto es que llegamos ahí.

Al llegar nos pregunto un muchacho que era el encargado

- Buenas tardes, ¿van a rentar para ustedes o traen menores?
- Buenas tardes, es para nosotros.
- Muy bien, entonces pasen, les voy a pedir que se quiten los zapatos y pasen a caja a pagar

Pasamos y nos quitamos los zapatos, todo estaba alfombrado y me dirigí a la caja a pagar la hora de los dos, mientras nos subiamos a brincar, compramos un refresco y seguimos platicando.

- Yo no soy de aquí, soy del interior del país, pero nos venimos aquí desde que era pequeña, no termine en realidad ni la preparatoria,en la casa somos pobres, por eso tengo que trabajar para ayudar en la casa, ademas mi hermana mas grande ya tiene un bebé y el esposo, o bueno, novio la dejo botada, así que pues con mayor razón tengo que trabajar.

En realidad no se como me acuerdo de eso, dijo mas cosas que no me acuerdo y no me importan, pues mientras ella hablaba me imaginaba quitándole la ropa, hecho que sucedió posteriormente.

Nos subimos al bricolín y estábamos jugando a tirarnos y a chocarnos en el aire, ella daba maromas en el aire y estaba feliz, al final terminé pagando otra hora, pues una sola hora no nos alcanzó, estábamos llenos de sudor, pareciera que no, pero el brincolín si cansa.

Salimos de ahí y ya empezaba a oscurecer.

- La noche apenas empieza Liz, ¿a donde mas vamos?
- No lo sé, a donde tu quieras, aunque no pedí permiso en mi casa. Además mi novio ya se va a preocupar.
- Por tu novio ni te preocupes, a tu casa, si quieres marca e inventa algo, que estas con una amiga o no se.
- Pero es que no traigo saldo en el celular.
- Yo te presto el mio, faltaba mas

Liz hablo a su casa, se alejó un poco para marcar y después de unos minutos regresó y me dio mi celular

- Ten, ya le hablé a mi mamá, le dije que estaba con una amiga y me quedaría a dormir, así que le marque también a mi amiga para que esté enterada.

- Excelente, vamos a cenar, y luego a ver a donde.
- Ok, me parece bien.

Fuimos a unos tacos que había en una esquina cerca de ahí, ella vaya que tenía hambre, se comió como 8 tacos, mientras comíamos hablábamos de nuestras vidas, del clima y de cosas x, cuando nos terminamos los tacos, decidimos ir a un antro cercano, al entrar pagué el cover, y tomamos una de las mesas del fondo, aún era temprano, así que no había tanta gente aún. Pedí una cubeta, y nos sentamos un momento, aunque ni podíamos platicar debido al volumen de la música, conforme fue pasando el tiempo, la cubeta se iba vaciando y el lugar se iba llenando.

- Ven, vamos a bailar. -Me dijo mientras me tomaba del brazo

Comenzamos a bailar, pues, como se hace en un antro, cada quien por su lado jaja, pero en el mismo espacio; seguiamos bailando y las cervezas se iban agotando, pero estábamos sudando mucho, definitivamente puse a prueba mi anti transpirante. El calor, el alcohol y el baile, me hizo dar el siguiente paso, fuimos a nuestra mesa a tomar un trago, cuando terminamos el trago, y se disponía a volver a la pista de baile, la tome de la cintura con la mano derecha, y con la izquierda la sujete de la nuca y le di un beso en la boca, un beso que de inmediato concedió, incluso fue su inciativa buscar con su lengua mi lengua, pese a tener 18 añitos, besaba muy bien, pero creo que era su primera vez en un antro. Ya no quise bailar más, me apresuré a pedir la cuenta, y mientras la traían pedí un servicio de transporte privado, trajeron la cuenta, misma que por mi desesperación de salir de ahí ni revisé, solo me apuré a sacar la tarjeta para pagar y pegar pies en polvorosa. Cuando pagué el servicio de transporte no había llegado, lo cual me tenía al borde del colapso, pero aproveche para besarla de nuevo, y esta vez mis manos buscaron sus pechos por encima de la blusa, sentí como se agitó su respiración y sus manos apretaron mi nuca y su lengua queria entrar mas profundo de mi garganta, mis manos de sus pechos fueron a sus bien formadas y duritas nalgas, todo eso ante la vista de la gente, que en realidad nadie vio nada. Llegó por fin el transporte y nos apuramos a salir, ya había puesto la dirección de destino, que era un motel cercano al lugar, nos subimos al carro y apenas cerré la puerta se me lanzó nuevamente a besarme, apenas pude contestarle al chofer cuando me pregunto la dirección de destino

- ¿Motel Anubis?
- Si, ahí mismo, asentí con dificultas, pues traía a Lizete besándome la boca-
- Ok

Mientras íbamos al motel, comencé a besar a Lizete mientras mi mano derecha estaba en su cintura y la izquierda en sus piernas, su respiración era cada vez mas agitada y sus palabras ya estaban entrecortadas, se acercó mas a mí y con una mano comenzó a acariciar mi miembro, el cual de por sí ya estaba firme, eso hizo que se pusiera aún más firme y que dentro de mi creciera un deseo aún mayor, convirtiéndose en un deseo quemante de quitarle la ropa a esa muchachita tan caliente y hermosa.

Por fin llegamos al motel, nos dieron la habitación 304, apenas cerramos la puerta y continúo con mayor vehemencia el escarceo, comencé a apretar sus nalgas y a meter la mano por dentro del sus jeans, me dí cuenta que traía un calzón cachetero, pues sentía la piel suave de sus nalgas, ella me besaba el cuello mientras me iba desabotonando la camisa.

Apenas empezaba la parte divertida cuando escuché el molesto timbre, interrumpir el fuego que crecía dentro de mí

-¿Si? -pregunté con la voz entrecortada
- Vengo a cobrar, son $580
- Ok, traigame un agua y dos condones
- Serían  $730
- Aqui tiene $1000, deje las cosas ahí y no interrumpa por favor
- Ok, en seguida.

Con una agilidad felina y sin dejar de basarme, me quitó la camisa y la camiseta, para seguir rápidamente quitandome el cinturon y bajandome el pantalón, yo mientras le quitaba la blusa, podía ver su brasiere que desabroche con una mano, mientras que con la otra apretaba sus nalgas.

Fue maravilloso sentir y ver su brasiere caer, aún no caía al suelo cuando mi boca fue a dar a sus pechos, mi lengua rodeaba sus pezones, mis dientes le daban un pequeño mordisco, mientras ella se le ponía la piel de gallina y comenzaba a soltar algunos gemidos, sin dejar de chupar sus pechos, comencé a desabrocharle el pantalón y pude distinguir la voz de la recamarera que había llegado con el camio, los condones y el agua a dejarlos ahi en la purta rodante que hay en esos lugares, sus pantalones, estaban tan ajustados que tuve que dejar de besarla para poderselo quitar, cuando lo desabroché, ella se quitó los zapatos para poderle quitar el pantalón completo, yo aun tenía el pantalón puesto, aunque los tenía abajo, en cuanto le quité el pantalón, volví al ataque, comencé nuevamente a besarle los labios, sentía sus pechos pegados a los míos, le besé el cuello, los hombros, mientras ella sacaba mi pene del boxer y comenzaba a masturbarme, yo también me quité los zapatos con los pies, sin dejar de besarla, y una vez sin zapatos, también con los pies sin dejar de besarla me quité el pantalón, ella me quito los boxers y sin dejar de besarme, comenzó a bajar, comenzó en mis labios, luego beso mi cuello, mi pecho, mi vientre, hasta que llegó a miembro, el cual tomó con su meno derecha y comenzó a jalar, después escupió sobre el y se lo metió a la boca, lo hacía de manera magistral, podía ver sus ojos viéndome y mi pene por dentro de sus mejillas, lo sacaba y lo lamía, mi arriba a abajo, a adelante para atrás y volvía a escupirlo y a meterlo, mis manos mientras tanto acariciaban sus pechos, unos pechos firmes, propios de la edad, redondos y unos pezones rosados y erectos que tenía, la levanté, y la comencé a besar, la recargue en la pared y comencé a apretar sus pechos y a besarla en el cuello, me separe un poco de ella, para ir a buscar los condones, mientras ella recuperaba un poco la respiración. Al fin me puse el condón y volví a ataque, la puse contra la pared y seguí besándola, ella de manera instintiva dio un pequeño brinco y rodeo mi espalda con sus piernas, yo comencé a penetrarle mientras ella comenzaba a gemir, vi como cerraba los ojos y mordía sus labios de placer, ella recargada a la pared con sus piernas envolviendo mi espalda y yo con un ritmo semilento, que con cada embestida penetraba todo lo largo de mi miembro, vi como comenzaba a sudar su vientre, y sus gemidos se trsnformaban en gritos, sus manos enredadas en mi cuello, era un espectaculo ver el cuerpo de una muchachita de 18 años entregada así.

Puse sus piernas en el suelo, y la voltee, ahora estaba recardada de frente a la pared mientras yo la abrazaba por la espalda y la besaba el cuello mientras le acariciaba los pechos. Poco a poco la fui acomodando hasta poder penetrarla por detrás, ella lanzó un grito de placer y comenzó a moverse al ritmo de mis embestidas, mientras to por detrás con una mano acariciaba su pecho y con la otra recorría su espalda y jalaba su cabello.

Le saque mi miembro  y la volví a voltear, comencé a besarle la boca y sin dejar de besarnos me dirigí y me senté en la cama, ella se sentó encima de mi, penetrando mi miembro de un solo jalón, ella apretaba mi nuca y empujaba mi cabeza a sus pechos, mi boca chupaba mas y mas sus pezones, mientras ella solo gemía de placer y se movía a un ritmo rápido, mis manos estaban en sus nalgas, ayudándola a mantener el ritmo, ella gritaba mas y más

- Ahhhhh, que rico coges amor, sigue así, no vayas a parar
- Ahhhhh, tu también me gustas mucho y me haces sentir super rico Liz
- Ahhhhh, mi novio no me hace ni la mitad de esto -decía con la voz entrecortada. De verdad, que rico me lo haces. Uffff. Ahhhhhhhh
- ¿Te gusta?
- Me encanta, mucho, no sabes cuanto. Ahhhhh. Ahhhhh. ¿A ti te gusta?
- Muchisimo, lo haces muy pero muy bien.

Me incorpore. mientras sus piernas seguían enredadas en mi espalda y con cuidado, sin dejar de penetrarla me acosté en la cama encima de ella, al momento de recostarnos ella lanzó un grito mezcla de placer con dolor, apretaba los dientes, se mordía el labio y veía como apretaba con sus puños las sabana de la cama.

El cuarto comenzó a oler a sexo, ella me besaba de manera desesperada, y yo recorría todo su cuerpo con mi lengua, mientras no dejaba de apretar sus pechos, ella se volteó quedando encima de mí, y siguió cabalgándome, lo hacía rápido, luego lento, de adelante atrás, puso mis manos en sus pechos y me dijo con voz entrecortada

- Apriétalos, que se note que te gustán. ¿O no te gustan?
- Claro que me gustan, me gustan mucho. -Le dije yo también con voz agitada.

La volteé quedando nuevamente arriba de ella, nuevamente apretaba las sábanas con sus manos, así que puse mis manos en las suyas y sentí como las apretó, mientras gritaba y sudaba,

- Assiiiiiii, no parea, maaaaaaas, maaaaaaaas, me decía, que rico lo haces, aahhhhhhhhh, que riiiiiiiiiico

yo lance un gruñido y me vacié llenando el condón con mi semen caliente, sentí como sus piernas se relajaron mientras luchaba por respirar profundo, lentamente saque mi pene, retiré el condón y lo tiré, ella se acomodó en la cama acostándose en la almohada y tapándose con la sábana, yo me acosté a su lado y la abracé, ella me dio un beso y dijo

- Muchas gracias, fue un muy buen día
- Gracias a ti, tu hiciste de este día el mejor.

Encendimos la tele, mientras estábamos abrazados, pero aun quedaba noche y tiempo de motel, así como un condón, por lo que no dejaría que se desperdiciara nada. Pero eso se los contaré en otro relato.

Ahora les pregunto. ¿Fantasía o realidad?

lunes, 18 de marzo de 2019

Sara, la chica petit que me dejo seco. Parte I

Esto me pasó hace unos meses, me dedico a ayudar a empresas a certificarse en calidad, los famosos isos, por lo que he ido a muchas empresas y conozco mucha gente, cierto día me llegó un proyecto nuevo, había que certificar a una empresa de plásticos en Iso, después de varias entrevistas, cotizaciones y negociaciones se aprobó el proyecto y comenzamos a trabajar. Para ingresar a las instalaciones, había que pasar la caseta de vigilancia, registrarte y recorrer el estacionamiento, donde las camionetas cargaban la mercancía que iban a ir a entregar, posterior a eso, había una puerta negra de metal que daba el acceso a las oficinas, ahí estaba una recepcionista que anunciaba mi llegada a las personas que fueran a atenderme, todo marchaba bien, hasta que un día cambiaron a la amable señora Paty, que siempre me sacaba conversación y me ofrecía café, por Sara, una hermosa chica petit, que me llamó la atención en cuanto la vi.

Sara era una chica petit, medía 1.55, de piel morena, ojos color miel, labios gruesos, un pequeño lunar en el labio superior a la derecha, pelo negro, con las puntas pintadas de rojo, el día que la vi, traía una blusa escotada, una blusa azul recuerdo, que resaltaba su piel morena, unos pechos grandes para su complexión, una cintura bien formada, unas nalgas bastante estéticas, unas piernas bien torneadas, y, a simple vista deliciosas, 23 años, en la flor de la juventud.

sábado, 29 de diciembre de 2018

Jazmin, la empleada de mostrador que me regaló una noche de pasión

Les contare la historia de Jazmín, como la conocí, y cómo la hice mía una noche de invierno. Jazmín trabajaba en un café al que iba casi a diario, desde que era estudiante de ingeniería iba a hacer las tareas allí, y hoy ya como graduado y trabajador independiente sigo yendo a ese café, a tomar ya sea un capuccino o un chocolate caliente, todo había sido bastante normal, hasta que hace unos meses, noté a una nueva empleada, se veía joven y hermosa, pedí lo de siempre y todo fue de manera normal, con el paso de los días, vi que ella ya me reconocía, pues como les dije, iba a diario, era como mi oficina ahí, cierto día de invierno, decidí comenzar a romper el hielo, había sido un invierno bastante frío, más que otros años, así que llegu