viernes, 1 de noviembre de 2019

Laura una inquilina linda y agradable



Esto que les escribo me pasó hace algún tiempo, tenía una casa desocupada y decidí ponerla en renta, rápidamente tuve muchas llamadas preguntando por la casa, y me di tiempo de recibir a todos para mostrarselas, entre esos candidatos había una chica que quería rentar, quería vivir sola, porque a lo que me comentó, ya no se sentía a gusto vivir con sus padres, era una niña hija de padres acomodados, acababa de terminar la carrera de fotografía (si, las nuevas carreras millenials, antes eso era hobbie) y le iba bastante bien. Además de lo hermosa que estaba, creí que, pese al riego alto de que no me pagara la renta algún mes, merecía una oportunidad. Me pidió permiso para llevar a su mascota, y no tuve yo inconveniente, a lo que ella estuvo muy contenta, porque generalmente en las casas en renta no admiten animales. Pues bien, decidí rentarle la casa a esta muchacha Laura.


Laura era una muchacha de 26 años, pelo rizado, tez blanca, pelo castaño, pero se lo pintaba rubio, una cara muy bonita y una cintura marcada, los pechos se le notaban de tamaño regular, igual que las nalgas, no era nada espectacular.


El tiempo transcurrió sin mayor novedad, yo evitaba pasarme por la casa, para no molestar a Laura, a cambio, ella me depositaba puntualmente cada mes, así que no tenía yo ninguna queja. Hasta que de pronto, comencé a notar atrasos en la renta, por lo que me comuniqué con Laura para preguntarle qué sucedía. Ella muy apenada me comentó que había tenido diferencias con sus padres, y que ellos le ayudaban a menudo a pagar la renta, pero que a más tardar en 15 días se ponía al corriente y me pagaría también el mes siguiente, a lo que no le ví mayor problema y accedí.



Al pasar los 15 días pactados yo no tenía el depósito, por lo que me comunique nuevamente con Laura para estar al tanto de la situación. Me comentó que no había tenido oportunidad de ir al banco a depositar, pero que ya tenía el dinero, que podía ir a donde yo le dijera a dármelo o podía yo pasar por el. Me pareció buena oportunidad de ir a conocer el estado de la propiedad, así que decidí pasar yo mismo a la casa por el dinero. No me quería ver muy desesperado, así que le dije que pasaba por ahí el fin de semana, apenas era martes, así que decidí darle unos días más, total, nunca antes se había atrasado.



El fin de semana decidí darme una vuelta por la propiedad a lo que Laura me recibió muy amable, eran aproximadamente las 11 de la mañana, así que Laura me invitó a pasar y me ofreció un café, yo accedí y comenzó a contarme que se distanció de sus padres y que le había costado mucho trabajo conseguir el dinero para la renta, pero que ella siempre salía adelante. Me terminé el café y le pedí la paga, pues tenía otros compromisos. Me respondió que enseguida me lo traía y se metió a las recamaras. Salió como a los 5 minutos, en bata de baño.



-Laura, pero ¿que haces?

- Pagando la renta -me dijo-



Se acercó e intentó besarme, yo muy extrañado me quité, pero ella me tomo la cara con las manos y comenzó a besarme, yo devolví el beso, y por instinto mis manos fueron a sus nalgas y después desataron el nudo mal hecho de la bata de baño, al instante la bata cayó al piso y dejaron ver los hermosos pechos rosados, mi boca automáticamente fueron a sus pechos y con mi lengua comencé a rodearlos, los lamía, los besaba, los mordía, mientras ella daba gemidos de placer y comenzaba a desabrocharme el cinturón y desabotonarme la camisa, sin dejar de besarme me llevó al cuarto, y ahí la tumbé en la cama, ella de espaldas, yo sobre ella, ya solo tenía yo los boxers puestos, encima de ella mis manos apretaban sus pechos, mientras lamía su vientre y mi lengua subía y pasaba entre los pechos, ella apretaba las sabanas con las manos y su respiración comenzaba a agitarse, mi boca pasaba sus pechos a su cuello, exhalaba mi aliento en su cuello y notaba como su cuerpo reaccionaba, ella me volteó, ella encima de mí, me quitó los boxers y comenzó a darme una tremenda mamada, notaba mi pene dentro de su boca, alcanzaba a verse dentro del cachete, yo la tome de la cabeza, de sus lindos rizos rubios, y la ayudé a mamar, lo lamía por todos lados, me acariciaba los testículos y escupía mi miembro para volverlo a meter a su boquita, podía ver esa mirada aún conservando su inocencia y esos ojos color miel que de vez en vez volteaban a verme, yo estaba a punto de turrón, así que la puse espaldas planas otra vez, pero en esta ocasión comencé a penetrarla, el ritmo primero era lento y fue subiendo su intensidad y velocidad, comenzó a gritar, a arañarme la espalda, a besarme el cuello, comenzó a ponerse roja y a sudar, mis manos estabas apretando sus pechos y sus manos arañando mi espalda, estaba a punto de terminar, pero no estaba dispuesto a dejar que ese momento mágico terminara, así que salí de ella, y la puse a gatas en la cama, yo me puse detrás de ella y comencé a penetrarla de a perrito, le daba nalgadas, separaba sus nalgas con mis manos, comencé a acelerar el ritmo, me recargué en su espalda y le tome los pechos sin dejar de penetrarla, después la tome del cabello y comencé a penetrarla con mucha fuerza y velocidad, yo veía su cuerpo brilloso y sus gritos ya eran ensordecedores, por fin, terminé vaciando totalmente mi semen dentro de ella, hasta ese momento caí en la cuenta que no tenía condón, terminamos acostados abrazados y besándonos, pronto llego la hora de irme, nos dimos un baño mientras volvíamos a coger bajo la regadera y me fui, obviamente le perdone ese mes atrasado y el vigente, pero le dije que ojala el mes que entra tampoco tuviera efectivo para darme otra vuelta, me despidió con un beso tierno en la boca y me fui.



Ustedes que creen que es. ¿Fantasía o realidad?

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