sábado, 29 de diciembre de 2018

Jazmin, la empleada de mostrador que me regaló una noche de pasión

Les contare la historia de Jazmín, como la conocí, y cómo la hice mía una noche de invierno. Jazmín trabajaba en un café al que iba casi a diario, desde que era estudiante de ingeniería iba a hacer las tareas allí, y hoy ya como graduado y trabajador independiente sigo yendo a ese café, a tomar ya sea un capuccino o un chocolate caliente, todo había sido bastante normal, hasta que hace unos meses, noté a una nueva empleada, se veía joven y hermosa, pedí lo de siempre y todo fue de manera normal, con el paso de los días, vi que ella ya me reconocía, pues como les dije, iba a diario, era como mi oficina ahí, cierto día de invierno, decidí comenzar a romper el hielo, había sido un invierno bastante frío, más que otros años, así que llegu
é al Starbucks a pedir lo mismo de siempre

- Buenos días. ahhh, ¿Jazmín, verdad? - lo supe por su gafette
- Buenos días. -¿Alejandro verdad?
- Si, ya te sabes mi nombre
- Veo que viene diario, ¿que le servimos?
- Un chocolate caliente por favor.

Me hace las preguntas de rutina, de que tipo de leche voy a querer, con espuma, sin espuma, etc, y le pago por el chocolate, subí a la parte de arriba, el Starbuks que le cuento tiene planta alta, así que subí a hacer mis cosas de trabajo, pero ese día decidí bajar por un muffin para ver a Jazmín una vez más, y así fue, le pedí el muffin, intercambiamos algunas sonrisas y miradas y cada quien continúo haciendo lo mismo.

Al día siguiente, nuevamente llegue como de costumbre, y vi a Jazmín, pero esta vez, comencé a platicar un poco más. Había una cola como de 5 personas, eran como las 10 am, cuando por fin tocó mi turno, le dije de manera amable.

- Buenos días Jazmín, ¿que tal el frío?
- Buenos días Alejandro, horrible, no sabes, me da hasta miedo bañarme, pues me estoy helando cada mañana.
- Ni que lo digas, cada día siento más frío, y yo con lo friolento que soy.
- ¿Eres fríolento?, yo también, pero la verdad es que prefiero más el frío que el calor
- Yo no, yo mil veces el calor que el frío
- ¿Que te voy a servir?. ¿Chocolate caliente otra vez?
- Ya me conoces, ¡Que bien!, sí, chocolate caliente otra vez.

Era la única empleada, generalmente hay dos personas, una que cobra y otra que prepara los cafés, pero ese día estaba ella sola, así que comenzó a preparar mi chocolate, así que le dije.

- Lo bueno es que sales temprano y te vas a tu casa (está pregunta fue totalmente intencional, para que me dijera lo que yo ya sabía, que estaba estudiando)
- Bueno fuera, no, saliendo de aquí voy a la escuela, ya estamos en exámenes de fin de semestre.
- Ahhh, estudias, que bien. ¿Qué estudias?
- Pues estudio Administración, siempre me ha gustado administrar, la contabilidad y esas cosas.
- No, a mi la verdad esas cosas no se me dan, por eso mejor la ingeniería.
- Ohh, eres ingeniero, que genial, de seguro has de ser muy inteligente.
- Ahh no tanto, lo normal.
- Aquí está tu chocolate, me dijo -mientras escribía mi nombre en el vaso y ponía un corazón al final.
- Muchas gracias Jaz.
- ¿Algo más en lo que te pueda servir?
- No, es todo, pero ahora yo quisiera servirte a ti, ¿a que hora sales? Yo podría darte un aventón a tu escuela hoy.
- Ahh, pues salgo a las 4pm, entro a estudiar a las 5pm, pero ¿porque me llevarías?

La gente que estaba formada tras de mí comenzaba a molestarse, así que me hice a un lado para dejar que atendiera a la siguiente persona, un señor de aproximadamente 50 años, canoso y con gesto adusto, mientras yo le continuaba diciendo

- Ahh, pues porque me caes muy bien, y puedo hacerlo, así que ¿qué dices?
- No sé, déjame atender a toda la gente, ve a hacer lo tuyo y cuando te vayas a ir, vienes y ya te digo.
-Ok, y me fui a hacer el trabajo que tenía que hacer. Trabajo en el Starbuck, porque de verdad, no puedo trabajar en mi casa ni en oficina, no me concentro, no se porque.

Vale la pena describir en este punto a Jazmín, ella era una chica peliroja, de tez blanca, el carmín rojo que se pone en los labios le resaltan más lo blanco de su piel, delgada, un poco bajita, media, le calculo 1.55m, su cuerpo no se veía exuberante con ese uniforme negro con verde, sin embargo, sus jeans entallados dejaban ver unas excelentes y bien formadas piernas y unas nalgas pequeñas pero bien duras y paraditas, después pude comprobar que tenía un cuerpo exquisito digno de una niña de 26 años.

Por fin después de algunas horas, quizá tres, llegó el momento de irme, así que pase por donde estaba ella y ya tenía quien le ayudará, además que como a la 1:20 pm, casi no hay gente, por lo que le dije:

- ¿Entonces sales a las 4, verdad?. ¿Paso por ti a esa hora? -sin darle tiempo de decirme que no
- Bueno, ¿porque no?, esta bien, a las 4 se acaba mi turno, pero salgo de aquí como 4:20.
- No te preocupes, tengo tiempo.
- Bueno, aquí te veo

Fui al banco a retirar un dinero que me acababan de pagar, para a su vez pagar cuentas y más cuentas, además, ya saben como es Bancomer de lento, así que me terminé desocupando cerca de las 2:30pm, apenas para comer algo en la calle e ir por Jazmín.

Llegué como a las 3:55, aún estaba ella en la caja, y me dijo:

- Ahorita nos vamos, déjame hacer el corte y cambiarme.
- No te preocupes, aquí te espero.

Cuando por fin salió del lugar, ya despojada de su uniforme negro con verde, salío con un abrigo color gris, elegante por cierto.

- Que guapa eh, nunca pierdes el glamour
- Claro, como debe ser, con frío pero con glamour
- Excelente, ven por aquí está el carro

Tengo un audi 2016, color negro, la verdad es que el carro si llama la atención, afortunadamente me ha ido bien y pude pagar un gusto de esos, pero ella cuando vio el carro, no dijo nada, le abrí la puerta, se subió y no dijo nada con respecto al carro, la verdad todas las mujeres que se suben me dicen algo con respecto al carro, quedando impresionadas, pero no Jazmín, al menos eso parecía.

- ¿Quieres que prenda la calefacción?
- Sí, para quitarme este abrigo, la verdad es que no me gusta traer tantas cosas encima.
- Muy bien, y prendí la calefacción.

Se quitó el abrigo y vi que traía una blusa color roja, con un escote que dejaba ver un poco sus pechos, me di cuenta que los pechos eran proporcionales a su cuerpo, eran pequeños pero se veía duros y paraditos.

- ¿En qué escuela estudias? -le pregunté para emprender la marcha
- En la estatal, para pobres pues, jaja
- Oye es buena escuela, además, a la mayoría rechazan, así que eres VIP.
- Jajaja, pues si, eso sí
- Bueno, si entras a las 5, es muy buen tiempo -le dije mientras emprendía camino.
- Si, y es que no puedo faltar, pues como ya va a terminar el semestre, pues estamos en finales, pero solo voy a entregar un trabajo y ya, yo creo que me desocupo temprano
- Mira que casualidad, hablando de la escuela del estado, tengo un cliente por ahí al cual tengo que irle a cobrar, además de entregarle un trabajo que necesito me de el visto bueno, igual y cuando te desocupes pues paso por tí, para que no le batalles con el frío y el camión.
- Pues no se, deja veo, igual y si me tardo, mejor te aviso.
- Va, pasame tu numero para que nos avisemos- Y de esta manera intercambiamos números.

Llegamos a su escuela realmente rápido, eran como las 4:35pm, aproximadamente 20 minutos de camino, no era mentira que tenía que visitar un cliente cerca, así que la dejé en la escuela y seguí mi camino, ya planeando como seducirla, fui con mi cliente, pero como antes de entregarle el trabajo para que diera el visto bueno le iba a cobrar, pues se hizo el que no estaba el ojete, así que me fuí a hacer tiempo en unas alitas cercanas, era viernes, así que el tráfico estaba un poco pesado y las alitas llenas, le mandé un mensaje a Jazmín diciéndole que ya me había desocupado, que ¿a qué hora pasaba por ella?. Me dijo:
- Ya voy a salir, como en 20 minutos, si quieres espérame ahí en la puerta.
- Perfecto, ahí estaré -le dije-
Pedí la cuenta y salí del lugar, llegue aproximadamente en 15 minutos, y me estacione en la puerta de su facultad, pude observar como tanto hombres como mujeres observaban el carro y se hacían comentarios entre sí, los hombres me veían con cierta envidia también, he de decir que ¡Qué bárbaro!, las pieles que se ven en la facultad de ciencias económico administrativas, pero en esa ocasión yo estaba ahí solo por Jazmín, la vi venir, y no me dio tiempo ni de abirle la puerta, ella sola se subió al carro mientras todas las mujeres la veían con desprecio y envidia, pero ella lo sabía, lo se por la manera en que se comportaba, se aseguró que la vieran subirse.

Y bien, ¿a donde quieres ir Jazmín?
- Vamos a bailar, pero antes deja ir a cambiarme
- Excelente, vamos -yo había tomado clases de baile hace algunos años, por lo que no lo hacía nada mal-
- Vamos al nuevo lugar que abrieron, creo que se llama el sátrapa.
- Excelente, vamos ahí para conocer (no se en realidad porque el nuevo lugar tiene nombre de antro de medio oriente, o nombre de gobernante persa, pero dicen que está genial el nuevo lugar)

Llegamos a su casa para que se cambiara, me invitó a pasar, pero no quise hacerlo, mejor me quedé esperando en el carro, escuchando música, comerciales y noticias, ella vivía con sus papás, así que pueden intuir el porqué no quise pasar a la casa. Después de un buen rato, salió de su casa, ahora sí vestida de manera muy sensual, traía una falda, no tan corta como para verse vulgar, ni tan larga como para parecer novicia, pude ver su entallado cuerpo, unas nalgas que lo único que hacían era despertar en mi la lujuria y unos pechos pequeños, pero firmes y redondos que apenas podía dejar de pensar en ellos, una blusa color azul marino, que se ataba por la espalda. Yo por mi parte traía un pantalón de gabardina color hueso, unos zapatos cafes igual que el cinturón, camisa azul y saco gris

Nos dirigimos inmediatamente al satrápa, hablando de cosas triviales en el camino, cuando llegamos, ya se estaba empezando a llenar, pero no tuvimos problemas para entrar y tomar una mesa, nos preguntaron que íbamos a tomar, y ella dijo de inmediato que una cubeta de modelo especial de la oscura, de las llamadas negra modelo, trajeron la cubeta, y me adelanté a pagar, pues ella ya estaba por pagar, cosa que no permití, estuvimos bailando y tomando un buen rato, se iban las horas y las cervezas, pedimos otra y otra y otra, 4 cubetas para dos personas, pero con tanto baile y con tanto calor que hacía dentro de bien llamado antro ni sentimos el efecto pues estábamos empapados en sudor, por fin comenzaron a poner las típicas canciones de antro a punto de cerrar con canciones “Cuando calienta el sol”, “Vuela, vuela”, “Tu y yo somos uno mismo”, así que ya sabíamos que nos iban a sacar, por lo que nos apuramos a tomarnos las cervezas que quedaban de la 4ta cubeta, aun nos faltaban algunas cervezas cuando llegaron a sacarnos. Le pedí el carro al valet y partí con rumbo desconocido. Empecé a notar que con el aire, se le habían subido las cervezas pues comenzó a ponerse cariñosa, se me recargo en el hombro y volteo mi cara para darme un beso en la boca, afortunadamente ya era de madrugada y no hubo mayor problema, estacione el carro en una calle sola y oscura, y comencé a besarla vehementemente, metía mi lengua a su garganta, y aún sabía a cerveza, y mis manos buscaron inmediatamente sus pechos, nos quitamos el cinturón de seguridad para estar más pegados y más cómodos y comenzó a bajarme el cierre y a masturbarme mientras metía su lengua en mi garganta.

- Espera -le dije- aquí no, aquí nos puede detener la policía
- ¿Y que?, mejor aún, una aventura más que contar.
- ¿No te importa lo que digan tus papás?
- En este momento no me importa nada.
- Espera -le dije ya más firme- vamos a otro lugar

Me dirigía a un motel cercano de allí llamado el Marrackech, el nombre haciendo alusión a una ciudad marroquí, hacen que se activen mis bajas pasiones, llegamos al motel, y por suerte apenas encontramos un cuarto, y eso porque se acababa de desocupar, apenas cerramos la puerta y comenzó a besarme, nuestras lenguas se entrelazaban y sentía su respiración agitada, en automático y sin dejar de besarla, le quité el abrigo e inmediatamente después le quité la blusa, ella hacía lo propio, me quitó el saco gris y desabotono la camisa azul, en ese momento nos interrumpió el timbre, venían a cobrar, le pague y pedí una botella de agua natural y dos preservativos, con la pausa, volvió la calma, esa pasión desbordada de fuego se calmó, nos dimos un abrazo, mientras le daba besos en el hombro y su respiración se iba sosegando, estuvimos así unos minutos, pues llegó el cambio, los condones y el agua, solo grite “Gracias” a quien lo llevó, pero no me despegue de Jazmín, comencé a jugar con el resorte del brasiere, y comencé a darle besos y lengüetazos en el cuello, ella comenzó a besarme de manera tierna, yo le daba pequeñas mordidas en su labio inferior, mientras desabrochaba su brasiere, ella me quitaba la camiseta y desabrochaba el cinturón, yo comencé a besarla de manera más intensa, metía mis manos por debajo de su falda y noté que traía tanga, la sorpresa me excito y comencé a amasarle sus nalgas, ella me bajó el pantalón y también el boxer y comenzó a masturbarme de una manera magistral, sin dejar de besarme cambiaba el ritmo, cambiaba de mano, lo cual la hizo una delicia, yo también desabroche su falda y cayó al suelo, ella comenzó a hincarse y metió mi pene en su boca, lo succionaba, lo cambiaba de lado, lo lamía como si fuera paleta de hielo, yo solo tenía mis manos contra la pared, y sentí que iba a terminar y no lo podía permitir, aún no, así que la tome de los brazos y la levanté, la tomé de la cintura y la volté, ahora ella estaba recargada contra la pared, mientras yo le besaba y le lamía el cuello, mis manos fueron a sus pechos, y los sentí duros y firmes, el pezón estaba erguido, hinchado, mi lengua iba de un pezón a otro, le besaba entre los pechos, con mis manos los apretaba, los amasaba, la levanté y ella me abrazo con sus piernas, sin pensarlo dos veces, la penetré, así como estábamos de pie, la recargue contra la pared y empecé a penetrarla. Yo sentía como sus uñas rasguñaban mi espalda, estabamos tan cerca que incluso sentía sus latidos, su corazón estaba acelerado, ella gritaba, pero yo callaba sus gritos metiendo un dedo en su boca, ella, lamía el dedo, tenía los ojos cerrados, y su piel ya estaba llena de sudor, sin sacarle el pene la cargué y la lleve hasta la cama, la recosté y seguí con el ritmo anterior, ella apretaba con sus puños las sabanas, estaba muy agitada, ahhhhhhh, asíiiiiiii, ahhhhhh, quien lo iba a decir que este día acabaría asiiiii, ahhhhhhhh. ¿Quien te dijo que ya acabó? le dije yo, ahhhhh, uffffffff, asi, asi, asi, decía, mientras sus gemidos aumentaban de decibeles, le saque el pene y la puse de perrito, comencé a acelerar el ritmo, le jalaba los cabellos, tomaba sus pechos y los apretaba, ahhhhhhhhh, agggggggggg, por fin terminé, vacié todo mi semen y me di cuenta que nunca me puse el condón, en ese momento no me importo, solo caímos tendidos dormidos, llenos de fluidos corporales, así despertamos, ella abrazándome, con una cruda horrible, pero con un excelente sexo.

A la mañana siguiente la lleve a su casa, yo me fui a la mía y la preocupación comenzó a hacer estragos en mi psqiue, volví el lunes al Starbucks, pero no estaba JAzmín, dijeron que no había ido a trabajar, el martes me dijeron que había presentado su renuncia, en el WhatsApp tampoco volvió a contestar, quizá le dará pena verme después de lo que pasó, en fin, yo quedé muy satisfecho, aunque con la preocupación a todo lo que da, algún día de estos iré a buscarla a su escuela.

Ahora les pregunto. ¿Fantasía o realidad?

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