Esta historia comienza una tarde de noviembre, hacía frío lo
recuerdo bien, creo que incluso era el puente del llamado “buen fin” esa estafa
gigante que se hace en México, queriendo copiar (sin éxito) el llamado “Black Friday”
de EEUU, ese día, saqué a mi perro, estábamos jugando en un parque cercano a mi
casa, le aventaba la pelota y el la traía, mi perro es un coquer, bastante
territorial y eso es un problema, porque nomas ve un perro, del tamaño que sea
y se le deja ir a pelearlo, el día que se peleé con un perro mas feroz y mas grande,
me lo van a matar, el punto es que mi perro es muy agresivo y territorial de
pronto vi que venía una chica con su perro, un Schnauzer, afortunadamente mi
perro no lo había visto, así que le pude sujetar la correa, antes que corriera
a pelear como desquiciado, a unos metros de mí, fue cuando mi perro se dio
cuenta de que venía el Schnauzer, y comenzó a ladrar y a querer pelear, yo lo sujete
fuerte, aun no me había percatado de la belleza de chica, pues estaba más preocupado
porque no se fuera a soltar el perro. Cuando llegó esta chica me dijo:
-Qué lindo perro. ¿Cómo se llama?
-Se llama Dexter -le dije
Pisó la cadena de su perro para que no se fuera acercar al
mío y me preguntó
- ¿Puedo tocarlo?
- Si se deja sí – y me reí
- ¿Apoco muerde?
- No estas viendo que se quiere soltar para morder a tu
perro, pero igual sobórnalo con comida y quizá se deje. Por cierto, tu perro también
esta bonito, es un Schnauzer ¿verdad?
- Así es, ¿sabes de razas de perros?
- Pues no mucho, pero a los Schnauzer si los conozco, el mío
por ejemplo es Coquer, y ¿cómo se llama tu perro?
- Se llama Terry
- Ahhh como el futbolista inglés – en ese momento me di
cuenta de que no tenía ni la más mínima idea de quiera era John Terry aquel capitán
inglés- Olvídalo, no importa. Mejor dime ¿cómo te llamas tu?
En ese momento, fue cuando me empecé a fijar en la chica, hacía
frío, por lo que traía chamarra, también traía de esos pants con los que las
mujeres van al gym, que se les marca perfectamente las piernas y nalgas, por lo
que pude ver, tenía excelentes piernas y después cuando caminamos, vi que
también tenía muy buenas nalgas, los pechos me tardaría un poco más, pero también
descubrí que estaban bastante bien; su cara, era de tez blanca, ojos claros
color miel, pelo lacio color castaño y traía un chongo en el pelo (no la culpo,
ya estaba terminando la tarde y estaba paseando al perro), después supe que tenía
29 años
- Me llamo Miranda
- Como la luna de Urano, que bien
- ¿Cómo qué?
- Como la luna de Urano, una luna se llama Miranda, y la
otra luna se llama Oberón, ¿nunca lo habías escuchado?
- No realmente, hasta ahorita, ¿apoco sabes de astros y eso?
- No tanto, solo veo a veces Discovery Chanel
- Jajaja, yo le cambio cuando sale ese canal
- A veces salen cosas interesantes, no te había visto antes.
¿Vives por aquí?
- Sí, a unas cuadras, y tengo poco tiempo que me cambié por
eso no me habías visto, tampoco yo te había visto por acá.
- Pues que bueno que vives por aquí, igual nos encontramos
más seguido, mientras si quieres vamos a caminar para que los perros se vayan
conociendo y de paso, pues nosotros
- Excelente idea me
dijo y comenzamos a platicar, mientras mi perro comenzaba a querer convivir con
el suyo.
- Yo también vivo por aquí, hoy salí temprano, tengo un
negocio que se dedica a los bienes raíces, si quieres rentar o comprar una casa
yo te puedo ayudar. ¿Y tú, a que te dedicas?
- Que interesante, ya que quiera buscar otra casa, te voy a
avisar para que me ayudes jaja, pues yo soy psicóloga, trabajo como gerente de reclutamiento
en una agencia de empleos.
- Ahí que bien, cuando quiera un empleo te voy a decir para
que me ayudes jaja
Ahí fue cuando intencionalmente caminé me quedé un poco atrás
para verle las nalgas, se le veían duritas, paraditas, era claramente evidente
que se ejercitaba. Después de dar un paseo, la deje en su casa, intercambiamos
celulares y me fui.
Esa noche no podía dejar de pensar en Miranda, era como una
nueva obsesión, no le había mandado mensaje, para no parecer desesperado, pero
ganas no me faltaban, casi no pude dormir por estar pensando en ella y traté de
poder sacar al perro al día siguiente a la misma hora.
Mi plan funcionó, “casualmente” nos volvimos a encontrar, y
nuevamente ella estaba vestida con pants, chamarra y su chongo en el pelo,
volvimos a hacer lo mismo de la vez pasada, ya los perros parecían más amigos,
igual que nosotros. Así que no desaproveché la oportunidad y la invité a salir.
-
Tienes algo que hacer el fin, le pregunté, -nomás
por no dejar- aunque esperaba sinceramente un “tengo planes”
-
- No, no tengo nada que hacer el fin. ¿Acaso me
vas a invitar a algún lado?
-
-De hecho, sí, te invito a salir el sábado
-
-¿Y a donde me vas a llevar?
-
-Pues, no se bailar, pero ¿te gusta comer?
-
-Jajaja, claro que me gusta comer, ¿a quien no? El
problema es que luego se notan los kilos, y voy a tener que hacer una hora más
de gimnasio en la semana
-
-Ahhh, por un día no pasa nada, hay un lugar de
bufete de cortes brasileños. ¿Quieres ir ahí?
-
-Cortes brasileños, ¿Son los que van con espadas?
-
-Esos mismos, ¿vamos?
-
- Si, claro, si me gusta, vamos.
- -
Entonces paso a tu casa el sábado como a las
7:00 p.m., veré si puedo reservar desde antes para no esperar.
- -
Ok, va
A partir de aquí le mande mensajes el resto de la semana, el
día que pasó esto era miércoles, así que no había que esperar mucho tiempo, ya
no saqué al perro a esa hora, para dejar que pasara el tiempo, me dediqué a lo
mío y a reservar el lugar. Y por fin llegó el sábado a las 7:00 pm
Pase a su casa a recogerla y uff, que cambió, ya no salió
con los pants de los días anteriores, salió con un vestido rojo, con abertura
en la pierna, de largo hasta las rodillas, con el pelo lacio castaño planchado,
olía a perfume Chanel, el vestido entallado hacía resaltar las piernas y
obviamente se le marcaba sus nalgas, tan hermosas que tenía. Inmediatamente le
abrí la puerta del carro -algo que muy rara vez hago- y manejé hablando de
cosas triviales hasta el lugar.
Llegamos y le di las llaves al Valet y pregunté por nuestra
mesa, pedí una mesa, que estuviera con cierta privacidad, no cerca de los
pasillos, no cerca de las ventanas, nos sentamos e inmediatamente llegó el
mesero, comenzamos a pedir los cortes, y pedimos una botella de vino tinto,
marca “Sarmientos” aun lo recuerdo.
En ese momento se quitó la chamarra que traía, y tenía unos
pechos, de un excelente tamaño, se veía duros y erguidos, ya me los empezaba a saborear
y a solo pensar en eso, hablamos del trabajo,
de la gente y de todo lo que pasa, de los perros, de la casa, le pregunté con
quien vivía y me dijo que sola, que siempre había tenido perros porque las
relaciones son complicadas, si de por si su vida era complicada, las relaciones
la hacía aún más difícil, me dijo que como gerente de reclutamiento, tiene
mucha presión por cubrir las vacantes que le piden y que además la mentalidad
de la gente no es nada fácil, me comentó lo difícil que era cubrir puestos
tanto administrativos y directivos como operativos, la gente calificada, es poca,
tienen empleos, y ganan bien, tienes que ofrecerles un buen sueldo o un buen
ambiente que no siempre se ofrece, y eso lo complica, si es gente operativa, en
verdad, tienes que rogarles para que trabajen.
Le pedí al mesero que nos tomara una foto, y ese fue el
pretexto para cambiarme de lugar y poder estar junto a ella, el mesero accedió
con gusto, así que la abracé para la foto, tomó un par, y me regresó el
celular.
-
Mira, saliste bien, eh -le dije-
-
Claro, yo siempre salgo bien jaja
-
Estoy seguro de que si
-
Si, es una bonita foto, a ver, pásamela
Le pasé la foto y cuando la
recibió y la iba a abrir, puse mi mano en su pierna descubierta, tenía una piel
bastante suave, humectada, y dura, consecuencia del ejercicio, ella vio la
foto, cuando volteó, yo no lo pensé y la besé, ella me contesto el beso,
poniendo su mano en mi cara, cuando dejamos de besarnos, nos servimos otra copa
de vino tinto y brindamos
-
Brindo por nosotros, por haberte encontrado – le
dije
-
Salud, también brindo por los perros, porque si
no hubiera sido por ellos no estaríamos aquí
-
Tienes razón, por los perros. Salud
-
Salud
-
Desde que te vi, me gustaste -le dije medio
atontado, yo estaba verdaderamente encandilado
-
De ti me gustó lo que me dijiste del nombre de
Miranda, te me hiciste interesante, y creo que sí, eres interesante
Se nos fue poco a poco acabando el trago, y a cada libación
seguían risas, abrazos y besos, hasta que la salida llegó a su fin, era momento
de irnos, así que pedí la cuenta, trajeron el carro y partí con rumbo a
nuestras casas, obviamente primero la de ella. Al fin llegamos, fue un trayecto
aproximadamente de 20 minutos, eran como las 10pm.
-
¿Quieres pasar a la casa? – me dijo con voz inocente
-
Claro, muchas gracias -aquí no hice ningún intento
por decir que no, pues de eso pedía mi limosna
-
¿Quieres algo de tomar?
-
¿Qué tienes?
-
Refresco jajajajaja
-
Pues con tanta variedad no sé, dame un refresco
-
Jajaja, no te creas tengo tequila, cerveza y…. déjame
ver, ahh también hay whisky, tiene como un año aquí, pues bien, que quieres?
-
Dame un whisky para mojar la garganta.
-
Ok, uno para ti y uno para mí.
-
Gracias
-
Salucita, hay tomarlo cruzadito jaja
-
Va
Y así continuamos, la botella era un Whisky Buchanan Máster
Escocés, estaba a la mitad, y entre trago y trago, seguían besos; estábamos sentados
en el desayunador de su casa, que es lo más parecido a una barra. Me levanté, me
puse de pie detrás de ella y la abracé, mientras le daba besos en el hombro y
después en el cuello. Su respiración comenzó a agitarse, mientras buscaba mis
labios para besarlos, yo intentaba quitar el pelo de su cuello y cara para
seguirla besando, ella se puso de pie, se volteó y quedo frente a mí, comenzó a
darme besos, metiendo su lengua y buscando la mía, mis manos recorrían su
espalda, recorrían ese vestido rojo del que les hable antes, mis manos, también
bajaban por sus piernas, las recorrían, pasaban por la abertura de la falda y
tocaban sus nalgas, que comprobé estaban mas duras de lo que parecían, comenzó a
bajarme el cierre del pantalón y también a empujarme contra la pared, yo le
levantaba el vestido, quería sentir esa suave piel y duras nalgas, ella seguía
con sus manos buscando sacarme el pene, aunque ya jugaba con él por encima del bóxer,
me quitó el cinturón y me desabrochó el botón, para por fin bajarme los
pantalones y poderme quitar el bóxer, se hincó, saco el pene del bóxer y
comenzó a chuparlo, así hincada como estaba, lo lamía, lo metía hasta el fondo
de su garganta y me volteaba a ver, con una mirada pícara, veía su ojos color
miel, y mi miembro en garganta, yo estaba apoyado contra la pared, y mis manos
estaban en su cabeza, le quería jalar el pelo, era maravilloso. Poco a poco la
levanté y seguí besándola, le desabroche el vestido y cayó al momento, el
brasiere que tenía también era rojo, al igual que su tanga y no se abrochaba
por detrás, se abrochaba por delante, mis labios de su boca, bajaban al cuello
y a los pechos, mis manos batallaban un poco para quitar el seguro del bra, ella
mientras me quitaba el saco y de me desabrochaba la camisa, por fin quité el
seguro y pode quitarle el bra, la abracé para seguirle besando el cuello y
sentí sus pechos en mi pecho desnudo, sentí el pezón erecto, caliente y duro,
los pechos no eran puntiagudos como algunos, estos eran redondos, los pezones
rosados, así que mis labios se dirigieron a sus pechos, ella me abrazaba con
una mano, y con la otra me masturbaba,
me dijo:
-
Ven, vamos al cuarto, y yo sin dejar de besarla
dije que sí
Nos fuimos sin despegarnos a su cuarto,
la tire sobre la cama, una cama King size, aunque en ese momento no me fijé, ya
en la cama la seguí besando, ella estaba acostada sobre la cama, yo encima de ella,
mis manos recorrían sus pechos, su cintura, sus piernas, sus nalgas, mis labios
iban de su boca a su cuello, luego a sus pechos, he de decir que me tomé mi
tiempo en sus pechos, ella gemía, tenía sus piernas cruzadas en mi espalda, me
apretaba aun más hacia ella, sus manos estaban en mi espalda, acariciaban mi
nunca, de pronto, mi lengua pasó de sus pechos y fue bajando por su vientre, me
detuve un momento en su obligo, y después seguí bajando. Comencé a lamerle la vagina,
después mi lengua fue entrando poco a poco, ella estaba gritando, gimiendo,
ahhhhhhh, así, síguele así, después mi ritmo fue rápido, mi lengua se movía de
arriba abajo, después ya no era solo la punta, ya le daba de lengüetazos y ella
se arqueaba de placer, volví a subir lamiendo su vientre, sus pechos y otra vez
su boca, ella me volteó, ahora yo estaba espaldas planas en la cama, ella comenzó
a besarme y su lengua a bajar por mi pecho y mi vientre, de pronto, comenzó a
hacerme otro oral, al principio no le cabía toda y daba arcadas, pero después
le cupo toda y se la metió a la boca, hasta que ya no vi el pene, se lo sacaba
de la boca, le escupía y se lo volvía a meter, estuvimos así por unos minutos,
después se levantó fue al buró y del cajón sacó un condón, lo abrió y me lo
puso con la boca, después exhalo su aliento en mi pene erecto y se lo volvió a
meter.
Después de unos minutos la volví
a voltear, ahora ella estaba de espaldas en la cama, y comencé a penetrarla,
primero despacio, metí tan solo la cabeza, una vez dentro de una sola estocada
la penetré, ella dio una arcada y un grito, estábamos en posición de misionero,
sus uñas arañaban mi espalda y su lengua la tenía hasta lo mas hondo de la
garganta, mis dos manos, apretaban sus pechos, mientras aceleraba el ritmo de
las embestidas.
-
Ahhhhhh gritaba fuertemente, mmmmmmm, siguele
así, mmmmmmmm que rico coges cabrón, ahhhhhhhh, ahhhhhhhh, ahhhhhhhh, mas, no
bajes el ritmo, párteme en dos, asiiiii.
Yo baje el ritmo de manera intencional hasta ya no moverme,
solo besarla y amasar sus pechos, ella decía
-
¿Por qué te detienes? Vamos dame más, por favor,
ya no aguanto
-
No, te voy a hacer sudar y gritar más.
-
Ya siguele por favor, métemela y párteme en dos.
-
Espera, quiero que sientas todo el placer que
puedas.
-
Es que ya no puedo más estaba a punto de terminar
Mientras apretaba su vagina con mi pene adentro, se sentía
el cielo, una autentica comida de dioses.
Comencé otra vez a acelerar el ritmo, y ella gritaba muy
fuerte, apretaba la vagina. Ahhhhhhh, mmmmmmmm, de pronto se la saqué y le
dije, - de perrito
Sin pensarlo dos veces, se puso de perrito y se la comencé a
encajar, le daba de nalgadas, la jalaba del cabello, su cara estaba contra una
almohada y sus manos apretaban las sábanas mientras gritaba bastante fuerte –
estoy seguro de que escuchó todo el edificio-.
Por fin me vine, al terminar, lo saqué lentamente y cuando
terminé de sacarlo ella se tumbó en la cama con el cuerpo brillante de sudor,
me quité el condón lo tiré y me acosté en la cama para abrazarla, me di cuenta de
que estaba llorando, le pregunté que tenía y me dijo que nada, que le había
gustado demasiado y me dio un beso tierno. Me acosté a su lado y ella puso su
cabeza en mi pecho, ahí fue cuando le pregunté por su perro, y me dijo “Ahhh,
ya sabía que ibas a venir y lo encerré en el patio” y me dio otro beso tierno,
nos sorprendió el alba, platicando, dándonos besos tiernos y ella con su cabeza
en mi pecho, como nos sorprendió el alba, decidimos salir a desayunar, se
volvió a poner los pants de siempre, el chongo en la cabeza y nos salimos a
desayunar, después del desayuno pasé a su casa por mi carro, sí, a desayunar
nos fuimos en el de ella y cada quién se fue a su casa
Ya no le he contestado los mensajes ni he sacado al perro a
la misma hora, pues en realidad no quiero tener un compromiso verdadero de
momento, solo espero la oportunidad de volver a salir con ella ocasión
Ahora les pregunto. Fantasía o realidad?
Ahora les pregunto. Fantasía o realidad?
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