Vaneza es mi compañera de escuela, estudiamos Psicología y en una ocasión nos dejaron hacer una tarea en equipo, nos juntamos para preparar la exposición y después de terminar nos fuimos a un bar donde venden alitas que tanto están de moda, eramos 4, tres mujeres y yo, después de un rato se fueron las otras dos chicas y Vaneza y yo pedimos otro tarro quedándonos solos, estábamos hablando de cosas que no recuerdo, ya que en realidad en mi mente estaba pensando como desnudarla y viéndole los pechos a traves del escote que tenía, que no era muy descarado, mas bien era discreto y eso aumentaba mi curiosidad, seguimos hablando de temas que repito no escuché, pero no podía dejar pasar la oportunidad, pues siempre me había gustado esa mujer, así que comencé sentándome junto a ella, a un lado de ella estaba el barandal de la terraza, así que podemos decir que la tenía acorralada, puse mi mano en su pierna, en su muslo para ser exacto, ella traía un vestido blanco de encaje, como dije, con escote discreto, pero dejaba sus muslos al descubierto. Mis manos sobaban su muslo y en un momento reinó el silencio, yo en ese momento le dí un sorbo al tarro de cerveza y después sin mediar palabra la besé, al principio se quedo quieta, sorprendida, pero después me respondió el beso, un beso magnifico, sabor a fresa, quizá era su carmín, me daba pequeños mordiscos en el labio y lo succionaba despacio, mi lengua entonces comenzó a buscar espacio, y pronto se enlazó con la suya, mis manos acariciaban su cara, y después bajaban siguiendo el surco de su espalda.
- Siempre me has gustado -dije yo al acaba de besarla-
- Tu nunca me fuiste indiferente, pero nunca se dió la oportunidad
- Siempre quise hacer esto, que bueno que se da hoy, estas bellíma - le dije mientras la besaba nuevamente-.
Seguimos conversando, entre cerveza y cerveza y beso y beso, entre mas rato pasaba, mas ganas tenía de arrancarle la ropa, así que le di un beso largo, mi lengua se entrelazó con la suya, mis manos apretaban sus muslos, después comencé a besarle el cuello, exhalando mi aliento en el, y dándole lengüetazos, sentí como cambió el ritmo de su respiración y observé como se le ponía la piel de gallina.
-Vamos a otro lugar, donde podamos tener más privacidad- le dije.
- Si, vamos, también para sentirme más cómoda.
Pedí la cuenta y salimos de ahí, nos dirigimos a un motel sencillo pero muy bonito, tenía una regadera con mucha potencia, agua caliente, y tenía también asiento de azulejo, para sentarte mientras te bañabas, aunque claro, lo usamos para todo, menos para sentarnos, tenía también jacuzzi, tenía los frascos de sales y el líquido para la espuma, una cama king siza, aire acondicionado, televisión y un decorado de buen gusto, con cuadros sugerentes pero finos, el cuarto además tenía alfombra, para poder andar descalzo.
Vaneza he decir era una chica de estatura promedio, será 1.60 aproximadamente, de pelo rizado, una cara preciosa, piel trigueña, una sonrisa pícara y a la vez tierna, de complexión delgada, pero no anorexica, unas piernas muy bien formadas, marcadas y torneadas, unos pechos que se veían duros y levantados y que después pude apreciar de mejor manera, no eran tan grandes, quizá del tamaño de unas naranjas, pero si, duros y parados y tiene 25 años de edad.
Apenas entramos y cerramos la puerta comenzamos a besarnos, nuestras bocas parecía que se conocían hace mucho, pues seguían el ritmo perfecto, nuestras lenguas jugaban una con la otra, se entrelazaban, chocaban, luchaban, mis manos recorrían los zurcos de su espalda, después su cintura, su vientre, iban subiendo hasta rozar sus pechos y después volvían a rodear la cintura, bajaban y comenzaron a tocar sus nalgas, en eso nos interrumpieron, venían a cobrar, además pedí dos condones y pagué la cantidad exacta para que no nos molestaran más, seguimos con la lucha de lenguas y mis manos ahora sujetaban sus nalgas, las estrujaban.
- Déjame preparar el jacuzzi le dije, mientras ponía el tapón y le abría el agua caliente, después continué besándola, mis manos seguían recorriendo su espalda y sus nalgas, comencé a bajarle el cierre de ese vestido blanco de encaje, pronto le quité el vestido y comencé a a mordisquerle los pezones por encima del bra.
-Fijate como va el agua- me dijo -si no va a quedar muy caliente
- Es que tu me distraes, ya hasta se me había olvidado
- Jaja que chistoso, a ver, deja tocarla a ver como está. Ya esta muy caliente, deja cerrar la caliente y abrirle a la fría.
-Perfecto, deja echarle las sales y el líquido de la espuma.
Todo esto pasaba ya con ella en lencería, podía ver sus caderas perfectas, traía unos calzones cacheteros color blanco, igual que el bra, la tomé de la mano para ayudarla a levatar y comenzamos nuevamente la guerra de lenguas, mi boca iba a sus pezones por encima del bra y los mordisqueaban, exhalaba mi aliento en ellos, recorría con mi lengua el pecho hasta llegar al cuello, la tomaba del cabello y le lamía el cuello, mis manos desabrochaban el bra, dejando esos bellos pechos al descubierto, ahora mis manos los apretaban, sus pezones estaban entre mis dedos y no dejaba de besarla, ella por su parte me desabrochaba la camisa, con sus manos tallaba mi pene aun con el pantalón puesto, me desabrochó el cinturón, me bajo el pantalón, me quitó la camiseta y me bajo el boxer, yo también le quité el calzón sin dejar de besarla, ella comenzó a masturbarme sin dejar de besarme y claro, mis manos seguían en sus pechos, dejamos la escaramuza de lenguas y cuerpos un momento y nos metimos al jacuzzi, me puso el condón, cerramos la llave y encendimos el motor para las burbujas, yo me recargue sobre la pared del jacuzzi, ella se sentó delante de mi su espalda recargada en mi pecho, mis manos estaban su sus pechos, mientras le basaba el cuello y volteaba para besarnos la boca, de pronto ella se volteó quedó hincada frente a mi, y comenzo a besarme nuevamente, puso una mano en mi cuello y con la otra empezó a masturbarme, mis manos seguían fijas en sus pechos y mi respiración comenzó a acelerarse.
Siguió besándome y masturbandome, y de pronto se sentó sobre mí, sentí como entraba sin ningún problema, pues el agua y la espuma sirvió perfecto de lubricante, mis manos ahora recorrían sus caderas, ayudándole a seguir el ritmo, también recorrían sus piernas, sus nalgas, sus pechos, ella seguía moviéndose, adelante atrás, y comenzaba a gemir, yo salí de ella, y la voltee, ahora ella estaba recargada, casi acostada en la pared del jacuzzi, le comienzo a penetrar y ella comienza a gritar, el movimiento del agua acompañaba nuestro propio movimiento, ella seguía gimiendo, con una mano se sostenía del jacuzzi para no hundirse y con la otra arañaba mi espalda, mis manos mientras tanto, una espaba apoyada en el jacuzzi y la otra recorría sus piernas, mis manos resbalaban por su cuerpo cubierto de agua y espuma y eso lo hacía aún más excitante, vuelvo a salir de ella y la acomodo de a perrito, comienzo a darle duro, sus dos manos estaban apoyadas en la orilla del jacuzzi mientras yo comenzaba con un ritmo lento y poco a poco lo iba aumentando, ella seguía gritando, gimiendo -Dale más,asíiiiiiii,, hayyyyyy, mmmmmmmmm, que rico coges, mmmmmmmm, ahhhhhhhhhh, grgrgrgrgrgrgr, mientras comenzaba a darle de nalgadas a recorrer los caminos de su espalda, seguí más duro, tratando de metérsela toda, y ella seguía ahhhhhh, ya voy a terminaaaaaaar, ufffff, ayyyyyyy, yaaaaaaaa, ya termineeeeeee, pero yo seguía la embestida, hasta que por fin también terminé, me quité el condón, lo tiré a la basura y seguimos en el jacuzzi, comenzamos a hablar de la escuela, del trabajo de cada quién, dándonos de vez en cuando uno que otro beso, eso sí, he de decir que mis manos nunca abandonaron sus pechos. Por fin nos dimos cuenta que el tiempo que pusimos el jacuzzi ya había pasado hace un rato, que ya casi no había burbujas y que el líquido ya se había acabado, además que después de un rato en el agua y por tanto que nos agitamos ya costaba un poco de trabajo respirar, así que decidirnos salirnos y dárnos un baño.
Nos salimos del jacuzzi, y nos enredamos en las toallas, quité el tapón para que se fuera el agua y después abrí la regadera para bañarnos, curiosamente también le gusta el agua muy caliente como a mí, así que me dispuse a ponerla caliente, en lo que se calentaba el agua, me acerque a ella y nuevamente comencé a besarla, y a jugar con nuestras lenguas, le quité la toalla en la que estaba envuelta de un solo movimiento y ella a su vez la mía, mientras la besaba, sus manos volvían a mi pene para masturbarlo, la puse de espaldas, yo detrás de ella y la besé en el cuello, mis manos apretaban sus pechos, recorrían sus piernas, ella volteaba para seguirme besando, tomó el segundo condón, se hincó y me lo puso con la boca, comenzó a hacerme un oral de ensueño, para mi sorpresa le cabía toda, entraba y salía de su boca, se escuchaba como se atragantaba pero no le importaba, yo la tenía sujeta del cabello sintiendo esa boca húmeda y cálida, la tomaba como paleta de hielo, después como paleta de dulce, jugaba una de sus manos con mis testículos, al igual que su boca, que también jugaba con ellos, de la regadera ya salía vapor, el agua estaba caliente, así que le levante y fuimos a la regadera, tuvimos que regular un poco el agua, estaba demasiado caliente, después de unos segundos, estaba lista, así que nos decidimos a enjuagarnos, ella se echó shampoo en la cabeza, mientras yo me tallaba el cuerpo, para después también echarme shampoo.
- Tallame la espalda -me dijo de una manera pícara
-Claro que sí- asentí, y me dispuse a tallarle la espalda.
-Oye, te dije que nomas la espalda, eres un tramposo mañoso
Obviamente me ganó la tentación y le empece a tallar las nalgas, también la abrace, mientras la besaba tiernamente en el hombro, ella volteó y volvió a comenzar la guerra de besos, lenguas, cuerpos y fluidos, la puse contra la pared, comencé nuevamente a apretar sus pechos, a besarle el cuello a lamerlo, también mi boca iba a sus pezones, los lamía, los mordía, jugaba con ellos, ella comenzó a bajar y se metió mi pene en su boca, siguió en lo que se quedó, dandome un oral como una verdadera experta, yo me dedique a disfrutar, mis manos solo sujetaban su cabello, dándole un ritmo, así continuamos durante unos minutos, la ayudé a levantar y nuevamente seguí besándola contra la pared, sin dejar de besarla y sintiendo el agua caliente cayendo sobre nosotros la senté en el asiento y me hinqué para seguirla besando, tanto sus labios, su cuello y sus pechos, abrí sus piernas y empecé a meter mi lengua en su vagina, primero la pura punta, la movía rápido y de arriba abajo, sus manos estaban en mi cabeza y comenzo a gemir, a gritar y a jalarme del cabello, mi lengua ahora ya no era solo la punta, ya eran lengüetazos completos, sentía su piel de gallina, y comenzo a temblar. ayyyyyyyyy, asiiiiiiiiii, sigueeeeeeeee, ahhhhhhhhh, mmmmmmmmmm grgrgrgrgrgrgrgrgrg, ahhhhhh que ricoooooo, no imagine que cogieras asi de biennnnnnnn
ahhhhhhhhh, me levanté y la levanté a ella, y la recargue contra la pared, ella de frente a la pared, comencé a penetrarla, mis manos estaban en sus caderas y ella seguía gimiendo ahhhhh, mmmmmmm, voy a terminar otra vez, -Yo también -le dije -Nooooo, no termines todavía, siguiele por favor-. Seguí penetrandola, y sus gritos creo los oyeron en varias habitaciones más, por fin terminé, y nos terminamos de bañar, salimos de bañarnos y nos fuimos a la cama king size, donde seguimos platicando de cosas diversas, nuestras bocas se juntaban de vez en cuando, estábamos cubiertos con las sabanas de la cama, nuestros pies fríos y desnudos jugaban y mis manos tocaban sus pechos. Así pasamos toda la tarde, ya al final le ayudé a vestirla, yo le puse el bra, el mismo que horas antes había quitado, nos salimos del motel, la llevé a su casa y la despedí con otros dos besos, el primero tierno y el segundo violento, se bajo del carro y se metió a su casa con la promesa de repetirlo de nuevo, aun sigo esperando repetirlo, pero por lo menos cuando tenemos oportunidad la aprovechamos para besarnos.
Espero que les haya gustado el relato, pronto subiré otro.
Me despido no sin antes preguntarles. Fantasía o realidad?
Saludos
- Siempre me has gustado -dije yo al acaba de besarla-
- Tu nunca me fuiste indiferente, pero nunca se dió la oportunidad
- Siempre quise hacer esto, que bueno que se da hoy, estas bellíma - le dije mientras la besaba nuevamente-.
Seguimos conversando, entre cerveza y cerveza y beso y beso, entre mas rato pasaba, mas ganas tenía de arrancarle la ropa, así que le di un beso largo, mi lengua se entrelazó con la suya, mis manos apretaban sus muslos, después comencé a besarle el cuello, exhalando mi aliento en el, y dándole lengüetazos, sentí como cambió el ritmo de su respiración y observé como se le ponía la piel de gallina.
-Vamos a otro lugar, donde podamos tener más privacidad- le dije.
- Si, vamos, también para sentirme más cómoda.
Pedí la cuenta y salimos de ahí, nos dirigimos a un motel sencillo pero muy bonito, tenía una regadera con mucha potencia, agua caliente, y tenía también asiento de azulejo, para sentarte mientras te bañabas, aunque claro, lo usamos para todo, menos para sentarnos, tenía también jacuzzi, tenía los frascos de sales y el líquido para la espuma, una cama king siza, aire acondicionado, televisión y un decorado de buen gusto, con cuadros sugerentes pero finos, el cuarto además tenía alfombra, para poder andar descalzo.
Vaneza he decir era una chica de estatura promedio, será 1.60 aproximadamente, de pelo rizado, una cara preciosa, piel trigueña, una sonrisa pícara y a la vez tierna, de complexión delgada, pero no anorexica, unas piernas muy bien formadas, marcadas y torneadas, unos pechos que se veían duros y levantados y que después pude apreciar de mejor manera, no eran tan grandes, quizá del tamaño de unas naranjas, pero si, duros y parados y tiene 25 años de edad.
Apenas entramos y cerramos la puerta comenzamos a besarnos, nuestras bocas parecía que se conocían hace mucho, pues seguían el ritmo perfecto, nuestras lenguas jugaban una con la otra, se entrelazaban, chocaban, luchaban, mis manos recorrían los zurcos de su espalda, después su cintura, su vientre, iban subiendo hasta rozar sus pechos y después volvían a rodear la cintura, bajaban y comenzaron a tocar sus nalgas, en eso nos interrumpieron, venían a cobrar, además pedí dos condones y pagué la cantidad exacta para que no nos molestaran más, seguimos con la lucha de lenguas y mis manos ahora sujetaban sus nalgas, las estrujaban.
- Déjame preparar el jacuzzi le dije, mientras ponía el tapón y le abría el agua caliente, después continué besándola, mis manos seguían recorriendo su espalda y sus nalgas, comencé a bajarle el cierre de ese vestido blanco de encaje, pronto le quité el vestido y comencé a a mordisquerle los pezones por encima del bra.
-Fijate como va el agua- me dijo -si no va a quedar muy caliente
- Es que tu me distraes, ya hasta se me había olvidado
- Jaja que chistoso, a ver, deja tocarla a ver como está. Ya esta muy caliente, deja cerrar la caliente y abrirle a la fría.
-Perfecto, deja echarle las sales y el líquido de la espuma.
Todo esto pasaba ya con ella en lencería, podía ver sus caderas perfectas, traía unos calzones cacheteros color blanco, igual que el bra, la tomé de la mano para ayudarla a levatar y comenzamos nuevamente la guerra de lenguas, mi boca iba a sus pezones por encima del bra y los mordisqueaban, exhalaba mi aliento en ellos, recorría con mi lengua el pecho hasta llegar al cuello, la tomaba del cabello y le lamía el cuello, mis manos desabrochaban el bra, dejando esos bellos pechos al descubierto, ahora mis manos los apretaban, sus pezones estaban entre mis dedos y no dejaba de besarla, ella por su parte me desabrochaba la camisa, con sus manos tallaba mi pene aun con el pantalón puesto, me desabrochó el cinturón, me bajo el pantalón, me quitó la camiseta y me bajo el boxer, yo también le quité el calzón sin dejar de besarla, ella comenzó a masturbarme sin dejar de besarme y claro, mis manos seguían en sus pechos, dejamos la escaramuza de lenguas y cuerpos un momento y nos metimos al jacuzzi, me puso el condón, cerramos la llave y encendimos el motor para las burbujas, yo me recargue sobre la pared del jacuzzi, ella se sentó delante de mi su espalda recargada en mi pecho, mis manos estaban su sus pechos, mientras le basaba el cuello y volteaba para besarnos la boca, de pronto ella se volteó quedó hincada frente a mi, y comenzo a besarme nuevamente, puso una mano en mi cuello y con la otra empezó a masturbarme, mis manos seguían fijas en sus pechos y mi respiración comenzó a acelerarse.
Siguió besándome y masturbandome, y de pronto se sentó sobre mí, sentí como entraba sin ningún problema, pues el agua y la espuma sirvió perfecto de lubricante, mis manos ahora recorrían sus caderas, ayudándole a seguir el ritmo, también recorrían sus piernas, sus nalgas, sus pechos, ella seguía moviéndose, adelante atrás, y comenzaba a gemir, yo salí de ella, y la voltee, ahora ella estaba recargada, casi acostada en la pared del jacuzzi, le comienzo a penetrar y ella comienza a gritar, el movimiento del agua acompañaba nuestro propio movimiento, ella seguía gimiendo, con una mano se sostenía del jacuzzi para no hundirse y con la otra arañaba mi espalda, mis manos mientras tanto, una espaba apoyada en el jacuzzi y la otra recorría sus piernas, mis manos resbalaban por su cuerpo cubierto de agua y espuma y eso lo hacía aún más excitante, vuelvo a salir de ella y la acomodo de a perrito, comienzo a darle duro, sus dos manos estaban apoyadas en la orilla del jacuzzi mientras yo comenzaba con un ritmo lento y poco a poco lo iba aumentando, ella seguía gritando, gimiendo -Dale más,asíiiiiiii,, hayyyyyy, mmmmmmmmm, que rico coges, mmmmmmmm, ahhhhhhhhhh, grgrgrgrgrgrgr, mientras comenzaba a darle de nalgadas a recorrer los caminos de su espalda, seguí más duro, tratando de metérsela toda, y ella seguía ahhhhhh, ya voy a terminaaaaaaar, ufffff, ayyyyyyy, yaaaaaaaa, ya termineeeeeee, pero yo seguía la embestida, hasta que por fin también terminé, me quité el condón, lo tiré a la basura y seguimos en el jacuzzi, comenzamos a hablar de la escuela, del trabajo de cada quién, dándonos de vez en cuando uno que otro beso, eso sí, he de decir que mis manos nunca abandonaron sus pechos. Por fin nos dimos cuenta que el tiempo que pusimos el jacuzzi ya había pasado hace un rato, que ya casi no había burbujas y que el líquido ya se había acabado, además que después de un rato en el agua y por tanto que nos agitamos ya costaba un poco de trabajo respirar, así que decidirnos salirnos y dárnos un baño.
Nos salimos del jacuzzi, y nos enredamos en las toallas, quité el tapón para que se fuera el agua y después abrí la regadera para bañarnos, curiosamente también le gusta el agua muy caliente como a mí, así que me dispuse a ponerla caliente, en lo que se calentaba el agua, me acerque a ella y nuevamente comencé a besarla, y a jugar con nuestras lenguas, le quité la toalla en la que estaba envuelta de un solo movimiento y ella a su vez la mía, mientras la besaba, sus manos volvían a mi pene para masturbarlo, la puse de espaldas, yo detrás de ella y la besé en el cuello, mis manos apretaban sus pechos, recorrían sus piernas, ella volteaba para seguirme besando, tomó el segundo condón, se hincó y me lo puso con la boca, comenzó a hacerme un oral de ensueño, para mi sorpresa le cabía toda, entraba y salía de su boca, se escuchaba como se atragantaba pero no le importaba, yo la tenía sujeta del cabello sintiendo esa boca húmeda y cálida, la tomaba como paleta de hielo, después como paleta de dulce, jugaba una de sus manos con mis testículos, al igual que su boca, que también jugaba con ellos, de la regadera ya salía vapor, el agua estaba caliente, así que le levante y fuimos a la regadera, tuvimos que regular un poco el agua, estaba demasiado caliente, después de unos segundos, estaba lista, así que nos decidimos a enjuagarnos, ella se echó shampoo en la cabeza, mientras yo me tallaba el cuerpo, para después también echarme shampoo.
- Tallame la espalda -me dijo de una manera pícara
-Claro que sí- asentí, y me dispuse a tallarle la espalda.
-Oye, te dije que nomas la espalda, eres un tramposo mañoso
Obviamente me ganó la tentación y le empece a tallar las nalgas, también la abrace, mientras la besaba tiernamente en el hombro, ella volteó y volvió a comenzar la guerra de besos, lenguas, cuerpos y fluidos, la puse contra la pared, comencé nuevamente a apretar sus pechos, a besarle el cuello a lamerlo, también mi boca iba a sus pezones, los lamía, los mordía, jugaba con ellos, ella comenzó a bajar y se metió mi pene en su boca, siguió en lo que se quedó, dandome un oral como una verdadera experta, yo me dedique a disfrutar, mis manos solo sujetaban su cabello, dándole un ritmo, así continuamos durante unos minutos, la ayudé a levantar y nuevamente seguí besándola contra la pared, sin dejar de besarla y sintiendo el agua caliente cayendo sobre nosotros la senté en el asiento y me hinqué para seguirla besando, tanto sus labios, su cuello y sus pechos, abrí sus piernas y empecé a meter mi lengua en su vagina, primero la pura punta, la movía rápido y de arriba abajo, sus manos estaban en mi cabeza y comenzo a gemir, a gritar y a jalarme del cabello, mi lengua ahora ya no era solo la punta, ya eran lengüetazos completos, sentía su piel de gallina, y comenzo a temblar. ayyyyyyyyy, asiiiiiiiiii, sigueeeeeeeee, ahhhhhhhhh, mmmmmmmmmm grgrgrgrgrgrgrgrgrg, ahhhhhh que ricoooooo, no imagine que cogieras asi de biennnnnnnn
ahhhhhhhhh, me levanté y la levanté a ella, y la recargue contra la pared, ella de frente a la pared, comencé a penetrarla, mis manos estaban en sus caderas y ella seguía gimiendo ahhhhh, mmmmmmm, voy a terminar otra vez, -Yo también -le dije -Nooooo, no termines todavía, siguiele por favor-. Seguí penetrandola, y sus gritos creo los oyeron en varias habitaciones más, por fin terminé, y nos terminamos de bañar, salimos de bañarnos y nos fuimos a la cama king size, donde seguimos platicando de cosas diversas, nuestras bocas se juntaban de vez en cuando, estábamos cubiertos con las sabanas de la cama, nuestros pies fríos y desnudos jugaban y mis manos tocaban sus pechos. Así pasamos toda la tarde, ya al final le ayudé a vestirla, yo le puse el bra, el mismo que horas antes había quitado, nos salimos del motel, la llevé a su casa y la despedí con otros dos besos, el primero tierno y el segundo violento, se bajo del carro y se metió a su casa con la promesa de repetirlo de nuevo, aun sigo esperando repetirlo, pero por lo menos cuando tenemos oportunidad la aprovechamos para besarnos.
Espero que les haya gustado el relato, pronto subiré otro.
Me despido no sin antes preguntarles. Fantasía o realidad?
Saludos
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